Monday, August 16, 2010

La educación como Institución Social


Conociendo que, la educación es una institución social, en otras palabras, forma parte de la estructura social que le da vida a un sistema, o a una sociedad; observamos de esta manera, que la misma, funge un papel más allá de la evidencia fáctica que nos dan las políticas públicas, por ejemplo, se nos dice que a través de la educación las personas podremos adquirir una movilidad social ascendente. Y esto no deja de ser cierto dependiendo del contexto histórico, social y político de un estado o nación.

Sin embargo, los cientistas sociales, a través de los siglos han discutido que la educación, más que un instrumento de movilidad social, es una estructura que sirve para homogeneizar el pensamiento crítico de las poblaciones dentro de una nación. Esto facilita la gobernabilidad, el ejercicio de la política, la interacción social entorno a la paz, a la equidad, igualdad, o en su defecto, todo lo contrario, dependiendo nuevamente del sistema político que se desarrolle en esa sociedad. Un ejemplo de todo lo anterior es el sistema educativo en los Estados Unidos, que sería como un laboratorio social, ya que en este país existen personas de todas las nacionalidades del mundo, siendo así, desde la institución social educativa, el estudiante aprende a pensar como nativo al país de acuerdo a su cultura y sus creencias. La educación privada superior en Estados Unidos, es de alta calidad y también es extremadamente costosa, o sea, no es de fácil acceso para la sociedad en general.

Que la educación privada superior, sea o no funcional actualmente para el sistema político, democrático y económico, depende en otras palabras, de si se están produciendo ciudadanos aptos para conservar la consolidación democrática de nuestra nación, que dicho sea de paso es una realidad atípica al resto de América Latina. Siendo así, y considerando que la conciencia crítica de una sociedad la tiene la educación superior, pues es donde se reproduce y se produce el conocimiento que posteriormente se integrará a funcionar en la sociedad y además recordando a autores como Bourdieu que ven a la educación como una manipulación de las masas y otros como Durkheim, que contrariamente ven a la educación para colaborar al concepto social, la pregunta es la siguiente:

¿Contemplan las universidades privadas la necesidad de egresar como producto final, personas o profesionales que sirvan a su vez como un producto enfocado a servir de manera competente a la sociedad costarricense? ¿Es nuestro sistema de educación superior privada funcional dentro de la estructura social de nuestro país?


" El proyecto político nacional para la educación superior parece estar estructurado en dos niveles: 1) formación para las élites a través de las universidades estatales, en particular la UCR,
2) formación de mandos técnicos medios a través de universidades privadas, subordinados a los intereses de las élites. Justifico a continuación:

Universidades estatales:

Sociológicamente: tienen una fuerte composición de estudiantes provenientes de la élite, quienes fueron formados en colegios privados muy costosos (más caros que la mayoría de las universidades privadas), lo que les facilita la aprobación del examen de admisión, la obtención de una nota de admisión alta para ingresar a la carrera de su elección y la aprobación de los cursos filtro colocados al inicio de los planes de estudio. Fácilmente concluyen sus estudios universitarios, por lo que prácticamente no hay deserción. A través de la universidad desarrollan redes de relaciones que los vinculan aún más con la élite (cfr. Wright Mills, La élite en el poder).

Financieramente, las universidades estatales reciben inyecciones considerables de presupuesto, incluso en detrimento de la educación primaria y secundaria. Se privilegia así la formación de estos cuerpos de élite. Además del presupuesto asignado, hay inyecciones adicionales a través de contratación estatal de servicios (e.g. LANAMNE), lo que permite que estas instituciones tengan amplias posibilidades de trabajar en investigación y desarrollo, ofreciendo a sus estudiantes la posibilidad de desarrollar competencias necesarias para el éxito en la sociedad del conocimiento.

Laboralmente, se les ofrecen mayores oportunidades a este grupo élite. Primero, por su integración en redes de relaciones sociales con mayor acceso. Segundo, por la preferencia de la Administración Pública en contratarlos. Tercero, por su formaciòn intensa en campos necesarios para la nueva economía, como investigación y desarrollo. Cuarto, por las intensas campañas de imagen pública que favorecen a las universidades estatales en detrimento de las privadas.

Educativamente, la UCR ofrece un cuerpo docente que en gran parte se superpone con el aparato estatal, como se puede ver por ejemplo en el listado de ministros de las administraciones en estas tres décadas últimas. Se trata de modelamiento para la conformación de élites y generación de redes de contactos. El crecimiento de la cantidad de posgrados en la UCR indica también la reducción en actividades de formación básicas de pregrado para la concentración en capacidades avanzadas. Y están los trabajos en investigación y desarrollo.

Universidades privadas:

Sociológicamente incorporan un porcentaje signiticativo de estudiantes de colegios privados. Sin embargo, poseen una porción extraordinaria de estudiantes provenientes de colegios públicos no admitidos por las universidades públicas debido a sus estándares de admisión. Además, reclutan gran parte de sus estudiantes de áreas rurales no cubiertos por educación pública. Y poseen una ingente masa obrera, que por sus horarios laborales queda excluida de la universidad estatal y debe pagar sus estudios con su propio trabajo.

Financieramente, las universidades privadas están restringidas al pago de los estudiantes, los que no pueden ser cargados excesivamente. Los estudiantes pueden recurrir a préstamos, pero están restringidos (¡hay que tener dinero para que le presten dinero!). Reciben poca inversión para investigación y desarrollo.

Laboralmente, se les ofrecen menores oportunidades que a los graduados de universidades públicas. Primero, sus redes de relaciones sociales son más restringidas, pues sus compañeros son frecuentemente obreros, gente de zonas rurales, etc. Segundo, porque la Administración Pública no favorece tanto su contratación como la de graduados estatales. Tercero, por las limitaciones de muchos de los planes de estudio que fueron aprobados por el mismo Estado pero son insuficientes, por ejemplo en campos como investigación y desarrollo. Cuarto, por las intensas campañas de imagen pública que les desfavorecen.

Educativamente, las universidades privadas cuentan con profesores que tienen otras actividades laborales y se dedican parcialmente a la docencia, motivados algunos por prestigio y otros por necesidad de obtener ingresos extra. Pocos docentes pertenecen a la élite. El fuerte de la oferta está en el pregrado, a pesar de la apertura de posgrados (muy costosos para la mayoría), lo que permite formación básica pero limita el acceso a formación especializada. Hay desventajas en capacitación para la investigación y desarrollo.

Conclusión en el campo político:

El Estado costarricense no ha favorecido un proyecto unitario que coloque las universidades privadas y públicas en un rango de igualdad como educación superior para el desarrollo del país, sino que ha desfavorecido a las universidades privadas centrando el proyecto nacional en las universidades públicas, lo que ha generado (quizás intencionalmente) un sistema dual:

* Las universidades privadas tienden a asumir la función subordinada de formar bachilleres y licenciados con formación básica en campos de acceso masivo, como Administración, Derecho, Educación, etc. Forman así un cuadro apto para formar parte de mandos medios.

* Las universidades públicas asumen la misión de formar la élite, otorgando cada vez más maestrías y doctorados altamente especializados, que luego conformarán los cuadros dirigentes.

De ser correcta esta hipótesis, tendríamos una situación homóloga al tiempo del Olimpo, en donde se afirmaba que la Costa Rica agraria solo necesitaba de un instituto técnico y que la élite ya tenía su universidad en el extranjero. Hoy nuestros institutos técnicos serían las universidades privadas y las universidades públicas suplirían (parcialmente) la formación de la élite en el extranjero." (Montero, A, 2010)

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